{gallery}NOTICIA VIAJE AL PASADO POZOBLANCO{/gallery}
Viajar en el tiempo y conocer cómo era el Pozoblanco de la época de Felipe V es ahora posible gracias al trabajo de investigación realizado por el profesor Antonio García Herruzo.
Un pasado al que se puede acceder a través de un pendrive en forma de llave que tan solo hay que introducir en el ordenador y desde allí embarcarse para descubrir cómo era la vida de aquellos pozoalbenses, sus bienes, fincas, casas, enseres o las calles en las que vivían.
Y es que este maestro de toda la vida ha querido que esta obra titulada Año 1705. Felipe V y Pozoblanco. Real Donativo de S. M. para las Haciendas Personales de los Vecinos de esta Villa tenga formato digital, porque el pasado no está reñido con el presente y porque las nuevas tecnologías van a facilitar sin duda el repaso de esta recopilación, un inventario exhaustivo de los bienes de los habitantes de Pozoblanco con el fin de liquidar una tributación "voluntaria" a las arcas reales.
La obra comenzó a tomar cuerpo en el año 2011 y no ha sido hasta ahora cuando, por distintos motivos, ha visto la luz pública. En palabras de los tres últimos concejales de Cultura que ha tenido el Ayuntamiento de Pozoblanco y que acudieron a la presentación del libro --uno de ellos como autor del prólogo, Serafín Pedraza; otro como colaborador en otros proyectos, Juan Bautista Carpio, y la actual, Rosario Rossi, que además fue alumna del autor--, nos encontramos ante un trabajo de un gran valor histórico para Pozoblanco. Una obra que ofrece datos suficientes como para entender muchas cosas de lo que era Pozoblanco en los inicios del siglo XVIII, así como sus habitantes, tenaces, emprendedores y duros.
Entonces, como ahora, había que tributar a las arcas del Estado y la mejor manera de saber que es lo que tenía cada vecino de Pozoblanco para pagar con arreglo a sus propiedades no era otra que visitarlos casa por casa. Un total de 808 tiene registradas Antonio García, en las que vivían bien sus propietarios o los arrendatarios. Para asegurarse de que los vecinos no engañaban en sus declaraciones de bienes les visitaban dos alcaldes --el ordinario y el de la Santa Hermandad--, un clérigo y tres peritos o prácticos. Estos hacían arrodillarse al vecino ante una cruz para declarar que era verdad lo que decía tener. Nadie se libraba, ni siquiera, como cuenta García Herrruzo, un vecino de la entonces calle Jambrilla hoy conocida por Ramblilla, que tuvo que tributar por el único lechón que tenía para su matanza.
El inventario realizado y rescatado por Antonio García nos dice que en 1705 había censados 505 ejemplares de cerda y que por aquel entonces era muy frecuente el cultivo del viñedo, hoy totalmente desaparecido. Dice el autor que en la calle Pedrajas era donde se encontraban las casas más grandes y las contribuciones más altas, y que tres mujeres, dos viudas y una beata, estaban entre los diez grandes propietarios del pueblo.
García Herruzo también hace referencia a las huertas, ganado o pozos que había en el pueblo, 40 entonces, y añade que está indagando si el pozo que da nombre a Pozoblanco pudiera ser el de "las Cadenas" situado a la altura del actual número 48 de la calle Doctor Marañón, no solo por su magnífica ubicación para la época sino por su gran caudal, que proveía a 2 batanes y tres tintes y rebosaba tanto que su escorrentía era el arroyo de La Condesa.
Fuente: diariocordoba.com | M. Luna Castro