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El Coeficiente de Admisión de Pastos, vital para las ayudas de la PAC, reduce este año un 60 por ciento la superficie
El nuevo Coeficiente de Admisión de Pastos (CAP) que está aplicando la Junta para 2015 está generando problemas a los ganaderos cordobeses, sobre todo a las explotaciones ancladas en la dehesa, donde la gran concentración de arboleda disminuye los pastos al 80 por ciento o incluso elimina la posibilidad de poder tener pastos en toda la finca. Asaja Córdoba anuncia que alegarácontra esta decisión autonómica y ha pedido la suspensión de este nuevo coeficiente. «Estamos intentado que el CAP 2015 no se tenga en cuenta y que se aplique el de 2014, que ya limitaba, pero no con tanta dureza», señaló el secretario general de Asaja, Carlos Molina.
Por su parte, Armando Martínez, subdirector de la Producción Agraria de la Consejería de Agricultura, explicó en las Jornadas Técnicas de Asaja sobre el Porcino Ibérico que había que definir la metodología del CAP automático para 3.000.000 de hectáreas de pastos en Andalucía, que se hace inviable visitarlas todas y que ahora el CAP se está revisando. «Se determinarán las zonas problemáticas y después se elaborará el definitivo», afirmó Martínez, que espera poder tener los datos el 30 de abril.
La Junta estima que en Córdoba de las 293.509 hectáreas de pastos en 2014 se pasará a 177.557 en 2015. Esto supone una reducción del 60 por ciento del total de pastos que se consideran admisibles. Armando Martínez recalcó que debido a que es automático el valor del CAP no quiere decir que sea exacto y se puede alegar. Unas alegaciones para las que Asaja Córdoba ha encargado dos informes a la Universidad de Córdoba (UCO) que le permitan aumentar los coeficientes. «El nuevo CAP reduce mucho la superficie de pastos de los ganaderos, en base a variables como el coeficiente de arbolado y el de matorrales, que reducen las superficies de las fincas», añadió Carlos Molina.
Multas desde Bruselas
El problema es una multa desde Bruselas y la obligación, por este motivo, del Ministerio de Agricultura a las Comunidades Autónomas a limitar las superficies de pastos. Esto ha hecho que la Junta aplique con severidad una serie de parámetros que castigan al ganadero. La patronal cree que se puede hacer de otra manera. «Los métodos usados en Andalucía los ponemos en tela de juicio. Se ha usado una capa basada en planos a escala 1x10.000 y con esa escala es muy difícil saber la capacidad que tiene cada finca, qué es arbolado, qué es matorral o qué son pastos», concluyó Molina. Esta forma de aplicación afecta al ganadero en pilares fundamentales para la viabilidad de las explotaciones.
Además, si el ganadero está dedicado a la producción ecológica, podría perder la explotación. «Hay parcelas que se han quedado sin pastos. Hay ganaderos que ven reducidas sus superficies. En la ganadería ecológica pueden tener serios problemas con la carga ganadera. Hay ganaderos ecológicos que se quedarán fuera de la ganadería ecológica. A otros la finca le pasa a forestal por tener una determinada superficie de árboles. Estos propietarios se han preocupado de cuidar el arbolado porque beneficia al ganado y ahora la pierden por esa razón», remarcó el secretario general de Asaja Córdoba.
La valoración de las fincas también se resiente. El nuevo CAP supone una pérdida de valor patrimonial del ganadero. Al bajar la superficie productiva, por estos nuevos parámetros, baja el valor del terreno.
Fuente: sevilla.abc.es | j. j. madueño