El letrado considera que queda "poco" para que termine la instrucción
Los supuestos abusos se produjeron en mayo de 2016
La titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Pozoblanco tomó ayer declaración a tres amigos de los procesados por la violación grupal de los sanfermines en relación a otro presunto episodio de abusos que habrían cometido semanas antes sobre una joven de 21 años en Los Pedroches. Los hechos se habrían producido en un vehículo entre Torrecampo y Pozoblanco, donde los denunciados habrían grabado un vídeo que luego mandaron a un grupo de WhatsApp.
Las testificales se produjeron por videoconferencia desde Sevilla. El abogado de la acusación, Blas Árevalo, dijo al término de la sesión que las declaraciones fueron "muy interesantes" y se centraron en el contenido del vídeo, que los testigos habrían visualizado en mayo de 2016. La instrucción continúa con vistas a finalizar en próximas fechas. Arévalo consideró que tardará "poco" para la apertura de la fase de juicio oral.
Según trascendió en su momento, el vídeo se grabó desde el interior de un vehículo Volkswagen Golf, cuando el grupo de amigos sevillanos se dirigía a Pozoblanco a primera hora de la mañana desde la feria de Torrecampo. Al volante se encontraría el guardia civil de la pandilla, destinado entonces en la localidad pozoboalbense, con cuyo móvil el copiloto habría realizado la grabación.
Los investigados en esta causa ya han declarado ante la juez, aunque se acogieron a su derecho a no hablar sobre lo ocurrido; los encausados se hallan en prisión provisional tras los hechos de Pamplona y a la espera de conocer la sentencia. Las defensas ya advirtieron de que "el vídeo se ha incorporado al procedimiento procedente de otra investigación sin autorización", por lo que entienden que "se ha vulnerado un derecho fundamental", aunque la instructora admitió la prueba.
La denunciante, una joven que ahora cuenta con 21 años, ya ha declarado en dos ocasiones en este caso y a tal efecto los abogados de los jóvenes avisaron de "las contradicciones", después de que "la frase que más ha puesto de relieve es que no recuerda nada y ha demostrado una memoria selectiva", según los letrados. Además, manifestaron que el supuesto uso de burundanga es "una elucubración interesada", al tiempo que sobre el vídeo de los hechos "no se han formulado preguntas, teniendo en cuenta que ella no recuerda nada", según apuntó en su día uno de los abogados defensores, Agustín Martínez.
El magistrado del Juzgado de Instrucción número 4 de Pamplona, que ha investigado la supuesta violación grupal en los sanfermines, vio indicios de que los mismos supuestamente habrían abusaron sexualmente en mayo de la joven cordobesa, tras conocerla en la feria de Torrecampo y desplazarse a Pozoblanco. Los investigados grabaron los supuestos abusos con un móvil y compartieron uno de los dos vídeos en un chat. El juez sostiene que "existen serios indicios de que podrían haberse utilizado sustancias específicamente destinadas para provocar la inconsciencia de la víctima".
En su resolución, el magistrado consideraba que "resulta indiciariamente acreditado" que uno de ellos ofreció a la denunciante acompañarla a su domicilio en un vehículo, donde nada más entrar y tras sentarse en el asiento del copiloto cayó "en un estado de profunda inconsciencia". Según recoge el auto, en el vehículo se montaron otros tres y mientras uno de ellos conducía "todos ellos le tocaban los pechos" y uno le "besaba en la boca, riéndose entre ellos de la víctima". Según añade el magistrado, la llevaron luego hasta la localidad de Pozoblanco, donde se despertó "completamente desnuda en el asiento de atrás" y con el mono y las medias rotas. La joven se vistió y se colocó en el asiento del copiloto, donde habría sido golpeada y luego arrojada al exterior.
El interrogatorio no entra en el uso de burundanga
Uno de los detalles que intenta aclarar la instrucción es el motivo por el que la joven denunciante, de 21 años, habría caído en un estado de semiinconsciencia cuando se produjeron los presuntos abusos. Aunque desde el inicio se barajó que los procesados habrían podido utilizar burundanga, una sustancia que anula la capacidad volitiva y cuyo uso ya se ha acreditado en otros episodios delictivos, el letrado de la acusación, Blas Arévalo, aclaró ayer a la puerta del juzgado de Pozoblanco que durante la testifical no se habló del uso de burundanga. Así, los tres amigos interrogados se habrían centrado en el contenido de la grabación remitida al chat.
Fuente: eldiariocordoba.es